Al encuentro de la inspiración

 

Una pequeña carta desde los Cotswolds

Querida persona lectora,

El texto que voy a escribir hoy va a ser un poco diferente, más personal de lo habitual, pero espero que igualmente os inspire y que encontréis belleza en ella.

Y es que en estos momentos os estoy escribiendo desde una habitación de hotel de un pueblecito perdido en medio de la campiña inglesa, llamado Stow-on-the-Wold. Si no habías oído hablar nunca de ese pueblo, (como es normal) te animo a que lo busques en internet. Es una maravilla (y sí, es tan idílico como parece).

Y sé que siempre digo lo mismo, pero desde la última vez que os escribí, tengo la sensación de que ha pasado una vida entera. Siento que he llegado a diciembre derrapando, como los competidores de carreras en las películas cuando se lanzan al suelo para alcanzar la línea de meta "in extremis". Noviembre ha sido una mezcla de trabajo intensísimo, mucho movimiento a mi alrededor y algunos momentos muy tristes y complejos en mi familia. 

Y reconozco que no estoy teniendo tiempo de procesar. Va todo tan rápido y se superponen tantas cosas a la vez que me resulta imposible. Pero así es la vida, así suceden las cosas y lo mejor que podemos hacer, supongo, es navegarlas como mejor podamos y cuidarnos lo máximo posible por el camino. Lo he dicho muchas veces, pero cuando la realidad aprieta (que es mucho últimamente para todo el mundo, me da la sensación), creo que es muy importante insistir en todo aquello que nos da vida, lo que nos recarga y nos ilusiona. 

Como parte de esa búsqueda de la ilusión e inspiración, la Sara de hace tres meses buscó y planificó el viaje en el que me encuentro ahora mismo. Y recién salida de un huracán, casi sin darme cuenta, aquí me he plantado.

Hemos venido a visitar The Cotswolds, una región del suroeste de Inglaterra que se compone de una serie de pequeños pueblecitos antiguos y preciosos, colinas infinitas y pastos de verde intenso con ovejas y vacas. Sonará un poco extraño que haya hecho todo un viaje desde la soleada Valencia para venir a pasar frío aquí, pero para mí este destino era un sueño desde hacía muchos años. 

En los dibujos que hago, siempre intento plasmar lugares que transmitan calidez y que resulten reconfortantes. Y a menudo, como seguro que se intuirá, mi inspiración son este tipo de lugares, edificios y paisajes, en los que todo es tan acogedor y de cuento. Por eso venir aquí era tan emocionante para mí, he venido en busca de inspiración, a llenar "el estanque interior", a rodearme de aquello que me parece bello. La mejor manera de poder transmitir verdad en aquello que creas es conocerlo de primera mano, haberlo visto con tus propios ojos. Por eso, después de tanto tiempo esperando a que surgiera la "oportunidad perfecta" para viajar aquí, me cansé la provoqué yo misma. 

Así que aquí estamos. Iba a venirme yo sola, pero Guille (mi pareja), que es el mejor, decidió unirse a la aventura y se vino conmigo. Llevamos apenas 24 horas y ya estoy notando la recarga de energía creativa. 

El pueblo en el que estamos tiene infinidad de callecitas con pequeños establecimientos familiares con muchísima historia.

He ido haciéndoles fotos a todo como una loca, evidentemente.

Y sentándome en todas las puertas.

En fin, poco más puedo contar, porque lo estoy narrando en riguroso directo. Estos días vamos a ver más pueblecitos de la zona, y quizá un poquito de Londres en modo navideño antes de volvernos a Valencia. ¡Estoy más emocionada que un niño el día de reyes!

Soy muy consciente del privilegio que supone poder tener una experiencia así, y por eso estoy apreciando y valorando muchísimo cada detalle. También estoy tratando de estar lo más presente posible en el momento, a pesar de que mi cabeza está en bastantes sitios ahora mismo. En gran parte, tengo la mente en el calendario y en el libro que, según el plan, llegarán a principios de la semana del 12 y podré empezar a enviar por fin. ¡No sabéis las ganas que tengo de enseñároslo! 

Este año, he trabajado las ilustraciones durante horas y horas con muchísimo cariño y dedicación. No sé si se apreciará, pero yo sí que he disfrutado mucho del proceso de hacerlas, y eso es lo importante. En medio de todo el trajín, las fechas de entrega y el ruido, he conseguido encontrar inspiración y creo que ha dado unos frutos preciosos. He pintado cenas entre amigos y familias, atardeceres, recetas, frutas y verduras a tutiplén. Pronto podréis verlo todo, y espero de corazón que cada trazo y cada palabra os llegue y os emocione tanto como a mí me ha emocione el proceso de crearlas. 

Os dejo, para terminar, unos pedacitos de estas semanas.

Mil gracias por leerme hasta aquí, una vez más. Espero que este mes que empieza ahora, con toda la complejidad que suele traer, puedas encontrar momentos de paz y de todo aquello que te dé alegría y confort. 



Te mando un abrazo cálido desde un pueblecito muy frío. 
¡Nos vemos el mes que viene!

 
Sara Peña Martín